Un detenido dijo que Pilepich y Vargas llegaron a su casa con el cuerpo de «Lechuga» ya cortado
17 de agosto de 2023
Uno de los detenidos por el crimen del empresario Fernando Pérez Algaba declaró que los acusados Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas llegaron a su casa de Ingeniero Budge con el cadáver ya descuartizado y embolsado de la vÃctima, y que él les dio la valija para que colocaran los restos, que fueron hallados dÃas después […]

Uno de los detenidos por el crimen del empresario Fernando Pérez Algaba declaró que los acusados Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas llegaron a su casa de Ingeniero Budge con el cadáver ya descuartizado y embolsado de la vÃctima, y que él les dio la valija para que colocaran los restos, que fueron hallados dÃas después un arroyo de la zona, informaron hoy fuentes judiciales.
En tanto, un comisario de la PolicÃa de la Ciudad que fue indagado este mediodÃa por su presunta vinculación con el crimen quedó detenido y se convirtió en el séptimo apresado por el caso, mientras que Pilepich, quien habÃa sido aprehendido ayer, se negó a declarar ante la Justicia, confirmaron a Télam los voceros.
La declaración que arrojó elementos clave para la causa fue la del detenido Luis Alberto Contrera, hermano de la primera apresada por el caso, la mujer trans Alma Nicol Chamorro, quien ayer amplió sus dichos ante el fiscal de Lomas de Zamora, Marcelo DomÃnguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de ese distrito.
Contrera ya habÃa sido indagado al momento de ser detenido, la semana pasada, pero se negó a declarar, aunque en esta oportunidad afirmó que no habÃa hablado «por miedo» a Pilepich, a quien consideró un hombre «peligroso», que estuvo «preso en Sierra Chica» y que «siempre estaba armado».
Según Contrera, cerca de las 7 del 19 de julio último, Pilepich, y Vargas -el único que aún permanece prófugo- llegaron a su casa a bordo de dos autos, un Ford Ka blanco y un Volkswagen Polo azul, en el último de los cuales llevaban el cuerpo ya descuartizado y embolsado de una persona.
«Me acerco al auto blanco y estaba el señor Pilepich del lado del acompañante con otro sujeto al que se dirigió como ‘Nahu’ o ´Nahuel’, quien estaba al volante del vehÃculo», comenzó a relatar el acusado en la declaración a la que tuvo acceso Télam.
De acuerdo a sus dichos, Pilepich le preguntó si se «animaba a tirar unas bolsas», tras lo cual «abre el baúl del auto Polo Azul y allà se veÃan bolsas negras, y dentro de las bolsas negras se veÃa una parte de un cuerpo», especÃficamente una mano.
Según Contrera, Pilepich le comentó que «habÃa matado a una persona, que le pegó dos tiros, que era un socio de él, un reverendo hijo de mil puta, que lo tenÃa cansado», aunque no le dijo dónde lo habÃa atacado, solo que lo hizo cuando «cambiaba una lamparita».
El imputado aseguró que cuando Pipepich le pidió que tirara el cuerpo «por ahû, él le dijo que no se animaba, por lo que su única intervención en el hecho fue haberle entregado la valija roja donde aparecieron algunos restos de la vÃctima en el arroyo del Rey de Ingeniero Budge dÃas después.
Contrera recordó que una hora más tarde, Pilepich y Nahuel regresaron en los mismos autos y le preguntaron si podÃa «cortar» el Polo azul, en referencia a desguazarlo para hacerlo desaparecer, a cambio de lo cual le transfirió 100 mil pesos mediante el alias de Mercado Pago.
En ese mismo momento, recordó, le dejaron un «perro chiquito», color beige, que terminó siendo «Cooper», el bull dog francés del empresario asesinado.
Sobre el auto, el acusado dijo que al ver que «tenÃa sangre adentro del baúl» ni él ni un conocido suyo apodado «Tonga», a quien Pilepich también habÃa convocado para «cortar» el Polo, quisieron hacerlo, por lo que más tarde Vargas y otro de los ahora imputados, MatÃas Gil, fueron a buscarlo y se lo llevaron.
Los informantes añadieron que, en otro tramo de su declaración, Contrera dijo desconocer si su hermana tuvo o no que ver con el hecho, aunque sà la desvinculó de la valija roja, objeto por el cual fue detenida en los primeros dÃas de la investigación.
Por tal motivo, el abogado defensor de Chamorro, Marcelo Ponce, adelantó a Télam que solicitará el sobreseimiento y la posterior libertad de la mujer luego de que la justicia suba al sistema la declaración en la que se la desliga del caso.
Según el pedido de detención de los acusados formulado por el Ministerio Público -al que tuvo acceso Télam- el teléfono celular de Pilepich impactó en la antena cercana al domicilio de Contreras, ubicado en la calle Euskadi al 4400, de Ingeniero Budge, entre las 2.30 y 2.39 de la madrugada del 19 de julio.
Ayer, tras permanecer prófugo desde el pasado lunes, el principal acusado del crimen fue detenido en una vivienda de la localidad de Paso del Rey, partido de Moreno, y hoy se negó a declarar en el marco de la causa.
En tanto, este mediodÃa se sumó al expediente un séptimo detenido, el comisario de la PolicÃa de la Ciudad Horacio Córdoba, quien está señalado como quien le facilitó a Pilepich el número de teléfono a nombre del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño que se cree que utilizó en las horas previas y posteriores al crimen para comunicarse con sus cómplices.
Córdoba, quedó imputado por el delito de «homicidio cuádruplemente calificado por el uso de arma, alevosÃa, codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas», al igual que el resto de los detenidos Pilepich, Contrera, Gil, Chamorro, Fernando Gastón MartÃn Carrizo y la gestora Flavia Lorena Bomrad, mientras que aún permanece prófugo, y con pedido de captura nacional e internacional, Vargas.
Para el Ministerio Público el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debÃa entregarle a la vÃctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio «Renacer» de General RodrÃguez a encontrarse con él.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, «Lechuga» reconoció en un mensaje de audio que temÃa por su vida ante la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.
El fiscal consideró que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existÃa «una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos».
Pérez Algaba fue visto por última vez la tarde del 18 de julio cuando a bordo de una camioneta Range Rover blanca que le habÃa prestado Pilepich se dirigió junto a Vargas al predio «Renacer» a cobrar esa deuda.
La desaparición del «Lechuga» fue denunciada al dÃa siguiente por la dueña de un departamento que la vÃctima habÃa alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisarÃa para radicar un pedido de averiguación de paradero.
Fuente: Telam